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sábado, agosto 12, 2006

(en)redes de conocimiento


Piscani presenta en su blog un debate interesante sobre Web 2.0 (vía pablomancini). En pocas palabras, este reportero digital describe los ires y venires que hoy se están generando en EU sobre cuál es el nuevo paradigma que se abre frente a la web dos punto cero. Algunos defienden que la W2 es el paso a la lectura/escritura en línea, otros plantean que lo más potente está en el fenómeno de colectivización del conocimiento que aquí se genera.

Si bien a primera vista esta discusión puede parecer algo ociosa es un espejo de una transformación tecno-social paradigmática que hoy está en plena gestación. La dialéctica que se genera en torno a esto es justa y necesaria (nuestro poder y salvación, agregarían los parroquianos).

Desde nuestro punto de vista, la lectura/escritura en línea y la inteligencia colectiva son sólo partes del engranaje de la gran máquina de generación-intercambio-difusión del conocimiento que es la nueva web. Nos parece que cada nueva apropiación social de la tecnología en red es una aproximación a la web semántica que Berners Lee promulga.

Para agregarle un poco de caos al debate aquí ofrezco un extracto de una entrevista a Lévy, que lleva una década hablando de inteligecia colectiva, y que creo resulta especialmente oportuna, bajo la pregunta:

¿La inteligencia artificial imita
el funcionamiento del cerebro?


"El conexionismo es una tendencia muy influenciada por la neurobiología. Está en boga desde hace unos seis años y retoma las ideas de la cibernética de los años cincuenta. Usted sin duda sabe que un ordenador clásico está compuesto de órganos especializados, entre los cuales se encuentra una memoria y un procesador central que ejecuta, unas después de otras, las instrucciones de un programa.

Ahora bien, el cerebro humano no hace caso a un solo procesador, pero sí a millones de neuronas interconectadas y trata las informaciones simultáneamente "en paralelo".

Igualmente, la memoria no es asunto de un órgano especializado, pero pone verdaderamente en juego un gran número de mecanismos heterogéneos y, sobre todo, está distribuida en el conjunto de la red neuronal. En fin, el cerebro no sigue un programa muy definido, no obedece a ningún supercerebro; se dice, por lo tanto, que se autoorganiza. No se sabe aún muy bien cómo funciona, pero una cosa es segura: no se parece a un ordenador clásico.

La idea de los conexionistas es construir ordenadores que se parezcan al cerebro. Equipan redes de pequeños autómatas imitando bastante groseramente el comportamiento de las neuronas y cuyas conexiones mutuas son demasiado plásticas para que las redes puedan fácilmente transformarse y, por lo tanto, aprender...

Estos sistemas conexionistas que actualmente son, en su mayor parte, simulados en ordenadores clásicos logran reconocer bastante bien las formas -existen por ejemplo aplicaciones interesantes en lectura automática-, pero permanecen sumamente débiles en lo que toca a la comprensión del lenguaje y al razonamiento explícito. En este caso prefiero hablar de medium interactivo de transmisión de saber - hacer más que de inteligencia artificial."


Entrevista a Pierre Lévy El tiempo real, una velocidad trascendental