la web perversa
La herejía de contradecir al establishment
Me he divertido muchísimo al encontrarme con algunas entrevistas de Andrew Keen, autor del libro “La cultura de lo amateur: Cómo Internet está matando nuestra cultura”.
El trabajo de Keen, que incluimos en Planeta Web 2.0 (ya presente en Google Book), plantea duras críticas a la web 2.0 y la cultura de lo amateur que atenta directamente contra el conocimiento científico, experto y formal.
En su análisis el autor explica que los medios de comunicación tradicionales son los que tienen los méritos para decir qué es apropiado y qué no lo es. Obviamente Wikipedia sale bastante mal parada tras todos los tomates podridos que este hombre le arroja.
Al respecto propongo tres ideas:
- La crítica inteligente y bien fundamentada siempre es bienvenida. Lo que menos nos interesa es salir en defensa de la W2. Estamos convencidos de que la web 2.0 y cualquier otro objeto de estudio necesita analizarse con una perspectiva crítica, aguda y perspicaz. (El capítulo 4 de Planeta: Un esbozo de ideas críticas sobre la Web 2.0 de H. Pardo, me parece un ejemplo de ello).
- Nos parece que el problema de las fuentes no válidas es sustantivo y no está para nada resuelto. Sin embargo, más allá de la censura y la descalificación, el tema central está en desarrollar las competencias tecno-informacionales necesarias para saber cuáles fuentes, recursos y medios son los más apropiados. No cabe duda que hay mucho de fast food y de bulshitters en la Red. Pero eso no significa que todo lo que dice la gente es chatarra. El tema está en contar con las e-skills para saber discriminar y priorizar estos recursos en línea.
- El señor Keen me hace recordar la Reforma Protestante. Cuando se produce una pelea a muerte entre la “versión oficial” y lo que dicen “los mortales”.
Ejemplo de user-generated-content en el siglo XVI: “Lutero colocó noventa y cinco tesis en la puerta del castillo de Wittenberg donde divulgaba que la última autoridad en materia religiosa no era el Papa, sino las Sagradas Escrituras…” (Bibliotecavirtual).
Afortunadamente Andrew Keen no pasará los mismos malos ratos que pasó Lutero. “El 3 de enero de 1521 se publicaba la bula Decet Romanum pontificem con la que Lutero era declarado formalmente hereje, al igual que sus secuaces y cualquiera que en el futuro hubiera aceptado o ayudado al mismo Lutero o a sus discípulos”(Vaticano).
A salvo de ser excomulgado, Andrew Keen puede seguir escribiendo en su blog y publicando en You Tube su crítica a la Web 2.0. Vaya ironía.
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