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lunes, septiembre 17, 2007

¿Y después de la conectividad qué?


futuro confuso


Ya desde el avión de regreso a casa comienzo a apuntar algunas de las ideas, conexiones y propuestas más interesantes que se acuñaron durante los intensos días en el Cono Sur.

En las diferentes reuniones de las Naciones Unidas que se realizaron la semana pasada evidenciamos un próspero escenario en cuanto a la agenda digital de priorizar la reducción de la brecha digital. Esta agenda, elaborada tras consultar las opiniones de 1,500 expertos en la región (vía método Delphi) y que tiene por objetivo apoyar la coordinación de las diversas acciones de los gobiernos latinoamericanos con miras al 2010 (llamada eLac2010), quedará finalmente acordada entre los ministros de la región iberoamericana en Salvador los días 6-8 de noviembre próximo. (Ver documento completo, pdf).

En estos encuentros descubrí notables proyectos e iniciativas de alfabetización digital, que en alguna manera ayudarán a contrapesar el déficit de un eLac 2010 (ver pdf) que aún marca un fuerte acento en el tema del equipamiento tecnológico muy por sobre el desarrollo de destrezas y competencias en el entorno digital.

Aquí, me enteré de un contundente acervo de materiales y recursos orientados a identificar, estandarizar y evaluar el desarrollo de habilidades para el uso de las nuevas tecnologías, desarrollada por el Programa Enlace, del Ministerio de Educación de Chile. Lo atractivo de este material es que se plantea pautas y recursos para atender la brecha digital de segundo orden, de adopción y apropiación de las tecnologías, que como dijimos aún tiene una insuficiente prioridad en las preocupaciones de los tomadores de decisiones frente al tema de la llamada por algunos Sociedad de los Conocimientos Compartidos.

Tras la reunión de telecentros, con agencias que venían desde India a Argentina, me quedé con la impresión de que el mundo de las Ong's y fundaciones tenía bastante más claridad frente a este tema de la integración de competencias instrumentales (acceso), informacionales (adopción) y estratégicas (apropiación).

En esta perspectiva algunos hablaban de cuatro líneas básicas que debían impulsarse de manera integrada, es decir: Acceso, Conexión, Educación y Contenidos.

Me gustaría saber: De cada 100 dólares gastados en tecnologías, ¿Cuánto dinero y tiempo se destina a capacitar, potenciar y empoderar el uso de la información y producción del conocimiento en la población latinoamericana? Una pregunta que aún no parece tan importante, para algunos.

Por otra parte, me quedé con la impresión de que existe una amplia diversidad (disparidad mejor dicho) entre los instrumentos de medición de cada país frente a este tema, así como el nivel de avance en la producción de contenidos-recursos. Por tanto, aunque estos espacios de transferencias de conocimiento/experiencias entre países son notablemente valiosos, la región necesita a la brevedad activar el uso de las herramientas digitales que promete a través de la incorporación de plataformas regionales como: un observatorio de nuevas tecnologías y educación que además de recopilar cifras sea un espacio de intercambio entre expertos e interesados (colaboratorio) y, también de evaluación conjunta de la utilidad de tecnologías más idóneas (laboratorio), por ejemplo, validando la incorporación de herramientas Web 2.0 en la educación o de aplicaciones de software libre, entre otras.

La visita estuvo repleta de buenos momentos y reuniones con equipos que desde diferentes perspectivas trabajan fuerte por actualizar el rezago de la región en la era del conocimiento. Además, los encuentros que tuve para presentar Planeta Web 2.0 con universitarios y académico fueron una estupenda oportunidad para confirmar que esto es así. Algunos ejemplos de ello fueron: Portales Educar de Chile y Argentina, el Programa de Futuro Digital y el Diplomado de Postítulo en Periodismo digital, ambos de la Universidad de Chile, así como la Comisión de las Sociedad de la Información de la CEPAL, e Intel Educa entre otros.

En las reuniones de trabajo se explicó que en el mundo existen 1,200 millones de estudiantes en total y éstos cuentan con apenas 50 millones de computadores. Aún queda todo por hacer.

Dos libros que quedaron recomendados en las discusiones fueron;


Recurso complementario:
www.un-gaid.org

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